Los primeros economistas

Estamos en el año 700 a.C. en la ciudad griega de Acra, donde conocemos a Hesíodo, un poeta y para muchos el primero filósofo. Esta Grecia no es la que todos tenemos en mente, era una Grecia mucho más arcaica, además aún faltaba muchos años para que surgieran los primeros pensadores griegos.

Acra era un lugar duro y con pocos recursos, a si que Hesíodo estaba familiarizado con el concepto de escasez. ¿Por que los recursos son tan escasos si el hombre está lleno de objetivos y deseos? En su poema los trabajos y los días, expone que antes el hombre vivía con acceso a todo tipo de recursos en un Edén, y todas las necesidades del hombre eran satisfechas al momento, al final el hombre fue expulsado del Edén. Hesíodo expone en el poema que los hombres nunca descansan debido al trabajo. La escasez solo puede ser superada con trabajo y capital.
Recordatorio: Los contenidos del pensamiento económico provienen del canal Economic Pills, el cual está inspirado en el libro de Murray N. Rothbard.

Edén (paraíso)

 A los hombres les gusta el gusta el ocio pero la necesidad de cubrir unos gastos vitales les obliga a no poder ejercerlo, además la holgazanería está mal vista por la sociedad y la envidia al vecino hace que la gente se esfuerce a conseguir lo mismo que el o más, esto crea un sano espíritu competitivo que lo denominó el buen conflicto y que acaba resolviendo el problema de la escasez. Esta competencia hace progresar a la sociedad y por eso hay que protegerla, por lo cual, Hesíodo condena totalmente otros métodos de enriquecerse, como por ejemplo el robo, diciendo que la justicia tiene que actuar para que esto no ocurra. 


Dos siglos después, en el 569 a.C. llegó Pitágoras, el pensaba que todo se puede pensar en base a los números, algo muy importante para entender las ciencias puras, pero nefasto para traducir las sociedades. Pitágoras no habló de economía, pero su teoría de que la única realidad es el número influiría en filósofos posteriores. 


El siguiente pensamiento económico vino de la mano de Demócrito, (460 a.C.), quien fue el fundador de la teoría del valor subjetivo. Para Demócrito, las cosas no valen lo mismo para cada uno, la misma cosa puede gustar a uno y a otro no, por ello enunció la utilidad. Demócrito dijo que la utilidad de un bien tiene para un hombre disminuye a medida que aumente la oferta de este bien, incluso si la oferta es excesiva la utilidad puede llegar a anularse. También dijo que la riqueza es un sentimiento relativo, una persona que dese pocas cosas puede sentirse rico con la misma cantidad de bienes y servicios que otra persona que dese muchas más cosas y por lo tanto se sienta pobre.

Demócrito intuyó un pilar en los tipos de interés, la preferencia temporal. Decía, que como no es seguro que el hombre vaya a hacerse mayor sin morirse antes la gente desea más cosas ahora que en el futuro. Demócrito vivía en Atenas, las costumbres consiguieron desarrollar un sistema basado en la propiedad privada, además conocía también Esparta, donde había un colectivismo oligárquico. Viendo estas dos sociedades y sus diferencias le llevó a la conclusión de que la propiedad privada es superior, ya que está proporciona un incentivo a la responsabilidad, también había observado que cuando la propiedad era comunal el ingreso proporciona menor placer y el gasto menos dolor, el esfuerzo es más dulce que la holgazanería cuando uno gana para si aquello por lo que se esfuerza.


A medida que Grecia iba creciendo (472 a.C.) muchos pensadores empezaron a creer que sus ideas podían hacer crecer a la sociedad, mejor que unos individuos interactuando libremente en el mercado. Cuando en el mercado alcanza un desarrollo donde ya se satisfacen las necesidades más básicas la gente se puede dedicar a pensar, algo bueno y necesario para desarrollar las ciencias puras, pero fatal para pensar en un ideal de sociedad

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