El Imperio Napoleónico

Napoleón Bonaparte nació en Córcega el 15 de agosto de 1769, apenas un año después de que la República de Génova cediera la isla a Francia. Era hijo de nobles locales: Carlo Buonaparte (1746-1785), abogado y representante de Córcega en la corte de Luis XVI y María Letzia Ramolino (1750-1836).

Napoleón fue el cuarto de varios hijos del matrimonio, pero el segundo en sobrevivir a la infancia, después de José Bonaparte (1768-1844). Según sus biógrafos, fue un niño poco sociable, al que le gustaba la soledad para meditar y no le interesaba demasiado los estudios, excepto las matemáticas.

También le apasionaba la lectura de literatura clásica y sentía antipatía por los franceses, a quienes consideraba opresores de los habitantes de Córcega. A los diez años de edad, fue enviado junto a su hermano José a una academia militar en Francia, en Brienne-le-Chateau, donde se graduó en 1784. Posteriormente ingresó en la escuela militar de París, donde se graduó en 1785 con estudios de artillería.



Los inicios de la carrera militar de napoleón 

Napoleón fue nombrado subteniente de artillería en el regimiento de La Fere, y sirvió en las guarniciones de Valence y Auxonne hasta que estalló la Revolución francesa en 1789. Siguió al líder nacionalista corso Pasquale Paoli a Córcega, pero pronto regresó a Francia. En 1791 fue nombrado teniente primero en un regimiento de artillería de Valence, y se unió al club de los jacobinos, una de las facciones revolucionarias más radicales. Se sabe que Napoleón había leído a filósofos como Voltaire y Rousseau, además de libros sobre estrategia militar.

Ascendió a teniente coronel de la Guardia Nacional en Córcega, pero tuvo un conflicto con Paoli, que era su comandante en jefe, y en junio de 1793 debió abandonar Córcega junto con su familia para instalarse en Francia. Apoyó la causa republicana, que había abolido la monarquía en 1792.

Durante el inicio de las Guerras revolucionarias, el ejército republicano francés se enfrentaba a las potencias extranjeras que, junto a los realistas franceses, defendían el absolutismo monárquico. Napoleón fue recomendado por el corso Antoine Salicetu para comandar las fuerzas de artillería que sitiaban la ciudad de Tolón en 1793. Gracias al éxito de esta operación, en diciembre del mismo año, fuera ascendido a general de brigada.

Cuando la Convención Nacional que gobernaba Francia fue reemplazada por el Directorio en 1795, Napoleón se convirtió en comandante del ejército del interior de Francia y asesor militar del Directorio, luego de haber contribuido a la represión de una revuelta realista y contrarrevolucionaria en París que se había levantado contra la Convención. El 9 de marzo de 1796, se casó con Josefina de Beauharnais, viuda de un importante general que había muerto en la guillotina.




Las campañas de Napoleón en Italia y Egipto 



Dado que había demostrado su lealtad al Directorio, Napoleón fue nombrado comandante en jefe del ejército francés en Italia, para combatir a los austriacos (que dominaban gran parte de Italia) y al ejército de los Estados Pontificios. Durante 1796 y 1797, llegó a vencer a cuatro generales austríacos, cuyas tropas superaban en número a su ejército.

Gracias a sus victorias militares, forzó a Austria a firmar el Tratado de Campo Formio (17 de octubre de 1797) que otorgó a Francia el control de casi todo el norte de Italia, partes de los Países Bajos y el área del Rin. Los territorios de Venecia fueron repartidos entre Francia y Austria, los territorios italianos fueron convertidos en repúblicas, agrupados en la República de Liguria y la República Cisalpina. A esta última se anexaron también territorios conquistados a los Estados Pontificios.

Su siguiente campaña tuvo lugar en Egipto, que en aquel entonces era una provincia del Imperio otomano, la intención era proteger el comercio francés y obstaculizar el acceso de la potencia rival, Gran Bretaña, a los recursos de la India, que llegaban a través del canal de Suez, en Egipto. El Directorio aprobó la campaña, que había sido propuesta por Napoleón. Según algunos historiadores, esto se debió a que querían alejar a este joven y ambicioso general del centro de poder.

Las tropas francesas pudieron tomar rápidamente el delta del Nilo, y vencieron a los mamelucos (las tropas locales de Egipto) en la batalla de las Pirámides (1798). El ejército francés iba acompañado por una comitiva de sabios y científicos que se dedicaron a documentar todas las antigüedades que se encontraban en el país del Nilo.
Durante esta campaña, fue hallada la piedra de Rosetta, que resultó imprescindible para el desciframiento de la escritura jeroglífica y el nacimiento de la egiptología.

Sin embargo, la flota francesa fue derrotada por la armada británica, al mando de Horatio Nelson, en la batalla del Nilo (1798). En 1799, las tropas de Napoleón se dirigieron a Siria para evitar un avance otomano, pero no pudieron tomar Acre y debieron regresar a Egipto, de donde, a su vez, se vieron obligadas a retornar a Francia.




El golpe de Estado del 18 de brumario 



Napoleón volvió de Egipto convertido en un héroe militar y encontró a Francia en un estado de inestabilidad y pugnas intestinas. Se temía una invasión extranjera luego de sucesivas derrotas frente al ejército de la Segunda Coalición, integrado por Austria, Rusia, Nápoles, Turquía, Portugal y Gran Bretaña.

El Directorio era acusado de corrupto e impopular y pronto surgieron planes de ejecutar un golpe de Estado para poner orden en la República. Estos planes fueron llevados a Napoleón por el político Emmanuel-Joseph Sieyes y, el 9 de noviembre de 1799 (18 de brumario del año VIII, según el calendario republicano francés), las tropas de Napoleón tomaron el control de Francia. Ese día y el siguiente, obligaron a dimitir a los miembros del Directorio y disolvieron los órganos legislativos.

A continuación, se instauró el Consulado como órgano de gobierno, avalado por una nueva Constitución (conocida como Constitución del año VIII) que nombraba tres cónsules para regir el país, Napoleón a la cabeza como primer cónsul. Luego se redactó la Constitución del año C, que erigió a Napoleón como primer cónsul vitalicio.

Durante el Consulado, Napoleón gobernó con poderes dictatoriales pero implementó reformas que incluyeron la redacción de numerosos códigos legales (como el Código Civil Francés, también llamado Código Napoleónico) y la creación de organismos, como el Banco de Francia. También negoció una reconciliación con el Papado, mediante la firma del Concordato en 1801. Los enfrentamientos contra las tropas austríacas y británicas continuaron.




El Imperio francés y las Guerras napoleónicas


Napoleón descubrió algunas conspiraciones para asesinarlo y, con el argumento de disuadir nuevos intentos, instauró en Francia un imperio, el 18 de mayo de 1804. Se hizo coronar emperador de los franceses, con el nombre de Napoleón I, el 2 de diciembre de 1804 en la catedral de Notre Dame, en París, con la presencia del papa, Pio VII. En 1805, fue también proclamado rey de Italia.

Las guerras libradas por Francia durante la existencia del Imperio son llamadas Guerras napoleónicas, y tenían la misión de expandir a lo largo de Europa la dominación francesa, así como los valores y códigos legales surgidos en la Francia revolucionaria. Fueron una continuación de las Guerras revolucionarias, que comenzaron con la Revolución francesa. Sus enemigos seguían siendo en gran medida los mismos, si bien la concentración del poder en la figura de Napoleón y la implementación de medidas como la censura habían sepultado los principios democráticos en Francia.





Napoleón contra las coaliciones



El principal rival de Francia seguía siendo Gran Bretaña, que le volvió a declarar la guerra en 1803. En 1805, se formó la Tercera Coalición contra Francia, integrada por Gran Bretaña, Austria, Rusia y Nápoles. La flota francesa, aliada del reino de España, fue derrotada por la armada comandada por Horatio Nelson, en la batalla de Trafalgar (1805).

Pero las tropas de Napoleón (que recibían el nombre de Grande Armée) avanzaron por el continente, atravesaron Alemania, vencieron a los austríacos en la batalla de Ulm y ocuparon Viena. Luego, vencieron a los ejércitos austríacos y ruso en la batalla de Austerlitz, el 2 de diciembre de 1805, por lo que Austria debió aceptar la dominación francesa de Alemania (que recibió el nombre de Confederación del Rin) e Italia.

Napoleón impuso un bloqueo continental a Gran Bretaña (1807), por el que impedía que los británicos comerciaran con los otros puertos que estaban bajo hegemonía francesa (que eran prácticamente la totalidad del continente europeo). Luego, ocupó Portugal (1807) y España (1808), lo que contribuyó al surgimiento de procesos revolucionarios e independentistas en Hispanoamérica. El Imperio francés alcanzó su mayor extensión en 1810, cuando fueron anexados los Países Bajos. Ese año, Napoleón de divorció de Josefina y contrajo segundas nupcias con la archiduquesa Marie-Louise, hija del emperador de Austria.






La muerte de Napoleón Bonaparte



La ocupación francesa de España motivó una guerra de guerrillas contra el invasor, que contó con el apoyo de Gran Bretaña. En el otro extremo de Europa, las tropas francesas penetraron en Rusia y vencieron al ejército del zar en la batalla de Borodino (1812), por lo que avanzaron hasta Moscú. Pero en la marcha de regreso, el duro invierno y los ataques rusos hicieron estragos entre sus hombres. 

Una nueva coalición, integrada por Gran Bretaña, Austria, Rusia, Prusia, España, Portugal y otras naciones, arremetió contra el ejército de Napoleón. Este fue vencido en la batalla de Leipzing en 1813, y luego de que los aliados ocuparan París, Napoleón debió abdicar en 1814 y fue enviado como exiliado a la Isla de Elba. Esto posibilitó la restauración del absolutismo borbónico en Francia. 

El regreso de la monarquía borbónica en Francia generó mucho rechazo, circunstancia que aprovechó Napoleón para retornar a Francia con su guardia personal. Desembarcó en Cannes el 1 de marzo de 1815, algunos campesinos republicanos y soldados que debían apresarlo se unieron a él, y el 20 de marzo logró instalarse en París.

Esto dio inicio a un período conocido como los Cien días, en los que Napoleón logró ser nuevamente gobernante de Francia y dirigió su última campaña militar contra la coalición europea. Fue finalmente derrotado en la batalla de Waterloo (en la actual Bélgica), en junio de 1815, por un ejército dirigido por el duque de Wellington y el mariscal von Blucher. Fue forzado por presiones internas a abdicar y fue enviado por los británicos a la Isla de Santa Elena, en el Atlántico Sur, donde vivió exiliado hasta su muerte, ocurrida el 5 de mayo de 1821.


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