Las potencias extraeuropeas del siglo XIX

 Tras ver el tema de el imperialismo en siglo XIX, hoy empezaremos a ver como se fue desarrollando el mundo más allá de la expansión imperialista de los países europeos en esa época.




Las potencias extraeuropeas:

1) Estados Unidos

A lo largo del siglo XIX, Estados Unidos sentó las bases para convertirse en la gran potencia mundial durante la siguiente centuria.

Desde su independencia, colonizó las extensas llanuras del oeste, en una expansión favorecida por la inmigración que recibía de los países europeos. Para ello, ocupó de forma violenta aplias zonas de población indígena, sobre todo en las grandes llanuras centrales, y compró territorios, como el caso de Luisiana a Francia (1803) o de Alaska a Rusia (1867). Especial importancia tuvo la guerra contra México (1846-1848), que permitió la incorporación de  Texas, California, Arizona, California, Arizona, Nevada y Nuevo México.

Durante el siglo XIX se produjo una fuerte rivalidad entre los estados del sur, defensores de la esclavitud, librecambismo con una política más liberal y del sistema agrario; Los estados del norte se caracterizaban por ser una zona más industrializada, partidarios de la abolición de la esclavitud y la implantación de un proteccionismo para defender su producción manufacturada.

General Robert Lee

La postura abolicionista del presidente Abraham Lincoln propició que once estados del sur rompieran con la Unión y crearan una confederación con capital y presidentes propios. La decisión provocó la guerra de Secesión (1861-1865), que saldó con la victoria de los azules de la unión del sur y el triunfo del capitalismo industrial, fin de la esclavitud y la ruina del sur.

La reunificación del país implicó la reconstrucción del sur y la expansión del modelo capitalista con el respaldo del Partido Republicano, representante de los intereses de los financieros e industriales del norte. La expansión del ferrocarril y la colonización del oeste convirtieron a Estados Unidos en una potencia económica y política. A partir del 1890, con un creciente poderío naval, se orientó decididamente hacia la expansión ultramarina. La guerra contra España en 1898 hizo que adquirieran el control de Puerto rico, Cuba, Guam y Filipinas.



2) Japón

En el último tercio del siglo XIX, Japón experimentó un profundo proceso de transformación de sus estructuras sociales, económicas y políticas que hizo del país una gran potencia internacional.


Hasta entonces, Japón era un país feudal. El gobierno estaba en manos del emperador, que tenía carácter divino. El poder efectivo descansaba en un gobernador dictatorial (sogún) que desde 1603 pertenecía a la familia aristocrática de los Tokugawa. El shogunato se sustentaba en el apoyo de los daimios, o nobles terratenientes, mientras la mayoría de la población vivía sometida a un régimen de servidumbre bajo el control de la nobleza.

En el año 1853, la llegada al archipiélago de cuatro fragatas estadounidenses obligó a la firma del Tratado de Kanagawa, que obligó a abrir los puertos japoneses al comercio internacional. 

Este hecho desencadenó la revolución Meiji de 1868, por la que el último shogun Tokugawa fue obligado a renunciar al poder tras el golpe de estado del emperador Meiji Tenno. A partir de entonces el gobierno imperial inició una política de reformas que transformó radicalmente el país.

- Política: Se promulgó una constitución por la que se creaba una Dieta imperial, elegida por sufragio muy restrictivo, y un gobierno dependiente del emperador que reafirmaba su carácter divino.

- Sociedad: Se suprimió el feudalismo y la servidumbre, y se adoptaron muchos usos y costumbres occidentales. Además, se estableció la institución pública obligatoria y se modernizó el ejercito con el fin de consolidar su papel en Asia frente a la competencia de las potencias europeas y de Estados Unidos.

- Economía: Se puso en marcha un programa de reformas con asesoramiento de técnicos europeos que lo convirtió en una gran potencia industrial. El estado creó poderosos conglomerados industriales, llamados zaibatsus.

La expansión económica y demográfica obligó a Japón a buscar territorios en los que proveerse de los recursos que escaseaban en el archipiélago. Las guerras chino-japonesas (1894-1895) y ruso-japonesa (1904-1905) mostraron el nuevo carácter imperialista de Japón. 


3) Las repúblicas latinoamericanas 

México


Durante la primera mitad del siglo xix, la figura central fue de Antonio López de Santa Anna, que tuvo que afrontar las crecientes tensiones entre partidarios de una estructura centralista y los defensores del federalismo, lo que desembocó en la proclamación de la independencia de Texas (1836) y de Yucatán (1841-1848); a ello se sumó la presión de Estados Unidos, que derrotó a México en la guerra de 1846-1848 y lo obligó a firmar el Tratado de Guadalupe, que fijó las fronteras entre Estados Unidos y México en el río Bravo.

En 1855, Santa Anna fue depuesto por una insurrección liberal, que dio lugar a la promulgación de una nueva Constitución en 1857 y entregó la presidencia a Benito Juárez. El nuevo estado se declaraba aconfesional, por lo que la Iglesia católica y los conservadores trataron de derrocarlo con el apoyo de las potencias europeas. En 1863, la Francia de Napoleón III envió tropas y propició el nombramiento de Maximiliano de Habsburgo como emperador, pero una sublevación popular lo depuso y lo fusiló para restablecer a Juárez en la presidencia.

En 1876, el general Porfirio Díaz alcanzó la presidencia, dando inicio a un gobierno dictatorial que se extendió hasta 1910 y que recibe el nombre de porfiriato. El descontento social provocó el estallido de distintas protestas que culminaron con la sublevación de Francisco Madero y con el inicio de la revolución mexicana. Madero fue asesinado en 1913 durante un golpe de Estado contrarrevolucionario que dio la presidencia de Victoriano Huerta, pero una nueva sublevación protagonizada por Pancho Villa y Venustiano Carranza encumbró a este presidente.

En 1917 se promulgó una nueva constitución que ha permanecido vigente hasta la actualidad y que fue la primera en el mundo que incorporó los derechos sociales. En los años siguientes serían asesinados los principales líderes revolucionarios, como Pancho Villa, Emiliano Zapata o el propio Carranza.



Centroamérica y el Caribe 


La República Federal de Centroamérica, fundada en 1824, se disgregó entre 1838 y 1841 en cinco Estados distintos: Nicaragua, Honduras, Costa Rica, Guatemala y El Salvador.

Al sur, Panamá rivalizaba con Colombia por el proyecto de la construcción del canal que uniría los océanos Atlántico y Pacífico, lo que desembocó en la guerra de los Mil Días y en la independencia de Panamá en el año 1902. La nueva república estableció un acuerdo con Estados Unidos para reconstruir en canal de Panamá, que fue inaugurado en 1914 y desde entonces controlado por los norteamericanos.

La influencia de Estados Unidos por la zona completó el dominio del mar Caribe iniciado tras la victoria contra España en la guerra de 1898, por la que se hizo con el control de Cuba y Puerto Rico.

La Gran Colombia 

Tras la disolución del proyecto de Bolívar de la Gran Colombia, Venezuela, Ecuador y Colombia se sumergieron en interminables conflictos civiles definidos por la lucha de los liberales y conservadores y por la presencia de dictadores en las repúblicas de la zona, un fenómeno conocido como caudillismo.

Enfrentamientos entre Chile, Perú y Bolivia 

Las rivalidades entre Chile y Perú por el control del comercio en el Pacífico desembocaron en la guerra hispano-sudamericana (1863-1866), en la que se vieron implicados, Chile, Perú, Bolivia y Ecuador por la disputa de materias primas.


La ocupación de la región fronteriza de Antofagasta, rica en salitre, desató un nuevo conflicto entre Chile y Bolivia que reanudó la guerra en 1879, conocida como la guerra del pacífico, que finalizó en 1884 con la victoria de Chile. Entre 1899 y 1903 Bolivia entró en guerra con Brasil por la disputa de la región de Acre, rica en caucho y oro, que se saldó con la victoria brasileña y su anexión de la región. 

Brasil

En 1822, el hijo del rey de Portugal encabezó la causa independentista y fue proclamado emperador de Brasil como Pedro I. En 1831 abdicó en su hijo Pedro II para ocupar el trono portugués, vacante tras la muerte del rey Juan VI.

El nuevo emperador, que perduraría en el trono hasta 1889, instauró un régimen constitucional. Un golpe de estado promovido por los terratenientes contrarios a la abolición de la esclavitud proclamó una república de corte conservador.

Argentina 

Los enfrentamientos entre federalistas y centralistas marcaron las primeras décadas de la república. Además, las rivalidades territoriales con Brasil se saldaron con una guerra, de la que saldrían vencedoras las tropas argentinas al mando del general Bartolomé Mitre, convertido después en presidente de la república.

En 1865 tuvo lugar la guerra de la triple alianza (1865-1870), que enfrentó a Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay. Este último fue derrotado y perdió gran parte de su territorio y de su población (90% de la población masculina murió).

Entre 1878 y 1884 se produjo la expansión hacia el sur, mediante la conquista de la Pampa y la Patagonia, en la que fueron exterminadas las poblaciones indígenas. En esta época, Argentina consolidó un exito modelo de agricultura y ganadería destinado a la exportación, lo que propició su crecimiento económico y una potente  corriente migratoria, formada sobre todo por españoles (gallegos) e italianos. 



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