Generación del 98

 En el último tercio del siglo XIX, la profunda crisis del modelo liberal burgués tuvo un reflejo inmediato en la mentalidad de la época y sus expresiones artísticas. Sumamos a esto la Crisis del 98, cuando España pierde sus posesiones en Cuba, Filipinas y Puerto Rico, lo que supuso un duro golpe para muchos españoles. A estos factores se suma el incipiente movimiento obrero, aumentando la presión contra la burguesía acomodada y las clases privilegiadas. La reacción cultural fue la crisis del modelo de la vida bohemia, al margen de las imposiciones sociales, cuyo epicentro fue París, a dodo todos acudían. 
Diversos sucesos violentos dejaron claro el caos de la vida política española; entre ellos destacan la imposición de un régimen dictatorial y la proclamación años más tarde de la II República. Todo ello desencadenó en una Guerra Civil.


Ante esa situación, un grupo de intelectuales tomó conciencia de la decadencia española e intentó analizar las causas y a la vez buscar soluciones. El objetivo fundamental era hacer una reflexión histórica y cambiar la vida española, cambiar España. Estas son las ideas que arraigan en un grupo de escritores, coetáneos de los modernistas, que conocemos como la Generación del 98, en un principio se creó "el grupo de los 3", con Pío Baroja, Azorín y Ramiro de Maeztu, y más tarde se unieron Miguel de Unamuno, Ángel Ganivet, Antonio Machado y Valle-Inclán. Estos dos últimos comenzaron su producción literaria en la estética modernista, pero después adoptaron una actitud crítica ante el problema de España.


Características:

  • Temas de España. Para los autores del 98, España es una preocupación , y el desastre colonial fue la punta que colmó el vaso que reforzó la idea de regeneracionismo: había que regenerar España, volver a crearla a partir de sus raíces y sus tradiciones, pero también a partir de la educación.
  • Catilla y su paisaje se convierten en material de reflexión, ya que, a través de ellos, se busca la esencia auténtica de España. Las preocupaciones existenciales llevan a los autores del 98 a plantearse asuntos tan profundos como la inmortalidad del alma, el conflicto entre la razón y la fe, o la esencia misma del ser humano.
  • La envida, considerado el mayor de los males de España y de los españoles, y desembocará en una fragmentación que levará al poeta Antonio Machado a hablar de las dos Españas.

Etapas de la generación del 98
  • Etapa de juventud, marcada por el espíritu de rebeldía y materializada en el carácter revolucionario de Maeztu, la pertenencia al PSOE de Unamuno y el anarquismo de Azorín y Baroja.
  • El grupo de los Tres, en un primer momento formado por Azorín, Maeztu y Baroja, buscaban analizar y solucionar los problemas de España.
  • La madurez del 98, aparece asociada al abandono del radicalismo juvenil y a la toma de posturas individuales que tienen en común una tendencia al idealismo marcada por acercamiento a corrientes filosóficas existencialistas del momento.
El estilo del 98 rechaza el barroquismo y la retórica creando una lengua sencilla y espontánea, busca la sencillez, claridad, naturalidad. 
Respecto a los géneros literarios, cultivaron sobre todo la novela y el ensayo, y al menos la lírica y el teatro. La novela se hizo más subjetiva e impresionista. La acción tiende a descomponerse en escenas sueltas. Las novelistas más representativos son Unamuno, Baroja y Azorín.



Miguel de Unamuno 


La obra de Unamuno abarca todos lo géneros literarios, incluyendo el ensayo, siempre desde dos tema principales: la preocupación por España y las inquietudes existenciales.

En lo que se refiere a temas de España, por lo general se encuentran varios ensayos. Los más importantes son: En torno al casticismo (1895) y Vida de don Quijote y Sancho (1905). En torno al casticismo se centra la idea de la regeneración y de la recuperación de los valores eternos de España, que Unamuno encuentra en la "intrahistoria", el devenir cotidiano de las gente sencillas que no están en los libros de historia, pero constituyen con su trabajo la realidad española. Por su parte, la Vida de don Quijote y Sancho es una reflexión sobre el alma de España tomando como base la obra de Cervantes, que le llevará a la conclusión de que la ausencia del idealismo quijotesco (valentía, empatía, defensa del débil, bondad, etc.) hunde a los españoles en mediocridad.

En el otro gran tema de Unamuno, la esencia del ser humano y la inmortalidad del alma. Tras perder la fe, el autor se plantea el sentido de la vida, ya que para él si después de la muerte no hay nada la vida carece de sentido, esta idea es la base de su obra San Manuel Bueno, mártir (1931), que narra los desvelos de un párroco rural que ha perdido la fe, pero se plantea mantener feliz a la población con la creencia de la vida eterna, ofrece una visión ilusoria.
La otra gran novela de Unamuno es Niebla (1914), refleja el concepto de que los seres humanos somos juguetes en manos de un ser superior que, cuando se cansa de nosotros, nos mata, deja de "soñarnos". Así se le ocurría al protagonista de Niebla, Augusto Pérez, quien, hastiado, decide suicidarse y, para ello, pide su opinión al propio Unamuno, quien le dice que no puede suicidarse porque no existe nada más que en su mente de autor y creador. En Niebla, la realidad y la ficción se entremezcla.



José Martínez Ruiz, Azorín 


La obra de Azorín entre el ensayo y la novela, a menudo se suelen fusionar en sus libros. Como narrador, destaca su trilogía La voluntad (1902), cuyo protagonista presenta rasgos autobiográficos del autor, son obras muy reflexivas.

En el campo del ensayo, destaca su profunda meditación sobre el paisaje de Castilla, tierra que al igual que el resto de noventayochistas, percibe la esencia de España. El paisaje le sirve al autor para evocar la vida de los españoles, como sucede en el ejemplo de Castilla (1912), donde se revive el pasado con la presencia de personajes históricos o con elementos del paisaje castellano. También destaca La ruta de don Quijote (1905), en la que recorre los lugares por los que debió de transitar el hidalgo manchego, Azorín recrea el mundo rural y auténtico de la Mancha.

El estilo de Azorín es sobrio y se caracteriza por la gran riqueza léxica que contiene, así como por el uso de la frase corta, evocadora y precisa, y por la presencia de las descripciones talladas y minuciosas.



Pío Baroja


Fue un hombre marcado por su personalidad pesimista, lo que llevó a reflexionar sobre los comportamientos humanos, denunciados a menudo la crueldad y poniéndose siempre del lado de los necesitados y de los marginados. Influido por la filosofía de Schopenhauer, pensaba que la vida no tenía sentido, por lo que también tenemos que referirnos a su postura escéptica en materia religiosa. 

Considera la novela como un género multiforme y abierto, en donde tienen cabida aspectos filosóficos o psicológicos, pero también la aventura, la utopía, la acción, etc...

El estilo de Baroja se ha definido como antirretórico, en busca de la sencillez, y está marcado por el uso de frases y párrafos cortos, que aportan gran dinamismo tanto a las descripciones como a la trama novelesca, a la vez que contribuyen a la viveza del relato y a la amenidad. El diálogo también es dinámico en Baroja, y refleja con perfección el habla de las gentes, con unas maneras propias de la conversación cotidiana entre las personas.

Entre las novelas más destacadas de Pío Baroja tenemos La busca (1904), que recrea en la descripción de los bajos fondos de la ciudad de Madrid, con un realismo terrible que muestra la cara más fea de la sociedad de su época, y El árbol de la ciencia (1911), donde cuenta la vida de Andrés Hurtado, desde que comienza sus estudios en Medicina hasta sus experiencias frustrantes como médico y su amargo punto de vista sobre la vida y sobre el estado miserable de la ciencia en España. También destacan obras somo Zalacaín el aventurero (1909) o Las inquietudes de Santi Andía (1911). Camino de perfección (1902), por último se centra en la búsqueda del sentido de la existencia por parte de su protagonista, Fernando Ossorio que recorre varios lugares de Castilla.

Por último, destacan sus trilogías: Tierras Vascas, La lucha por la vida y La raza.



Ramón del Valle-Inclán 


La trayectoria de Valle-Inclán se inicia en el terreno del modernismo. Esta primera etapa se cerrará con las Sonatas, cuatro novelas cortas en las que se recrea un mundo decadente, muy del gusto modernista, con un marcado refinamiento léxico y formal y una relevante presencia de lo sensual, esto último muy especialmente la primera de ellas, Sonata de otoño (1902). El resto fueron, Sonta de estío (1903), Sonata de primavera (1904) y Sonata de invierno (1905).

La segunda etapa se encamina ya decididamente hacia el teatro, sin abandonar por ello la novela, presente en la trilogía La guerra carlista, que mezcla el campo del heroísmo con la brutalidad de la guerra.

En su etapa final se estructura en torno al esperpento, que aparece definido y desarrollado en Luces de bohemia (1924). Su base es la deformación grotesca. "Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española solo puede darse con una estética sistemática". El esperpento presenta unas características propias: presencia de lo grotesco, un léxico degradante; animalización; hominización, los animales actúan como personas; muñequización y cosificación de personajes; personajes convertidos en fetiches, peleles, meras sobras, bultos o siluetas; contraste entre la luz y la oscuridad, entre lo lírico y lo grotesco.
Una de las novelas más importante de Valle-Inclán es Tirano Banderas (1926), tocada por el esperpento de forma magistral, que se centra en la figura de un dictador de un país imaginario de América e inicia el género literario sobre dictadores.



Antonio Machado 


La poesía de Antonio Machado evoluciona desde un suave modernismo inicial, alejado siempre de las filigranas y adornos que definen el movimiento, hacia una poesía comprometida con los ideales del 98.

Ciclo de Soledades. Etapa modernista, se inicia en 1903, con la publicación de Soledades, libro que será ampliado y renovado en 1907, dando lugar a Soledades, galerías y otros poemas. Es una obra de base modernista, procedente de su admiración a Rubén Darío. Los temas de este periodo nos hablan sobre sentimientos universales desde una perspectiva intimista y utilizando símbolos. En esta etapa también se puede ver la influencia del romanticismo tardío de Bécquer y Rosalía de Castro.

Ciclos de Campos de Castilla. Etapa noventayochista. Con la primera edición de Campos de Castilla (1912) se hace presente el paisaje, que se convertiría en el reflejo de los estados de ánimo del poeta, pero también el espíritu de las gentes que lo habitan. A partir del paisaje de Castilla reflexiona sobre la esencia de España, y le salen al camino algunos males como la envidia (el cainismo), la pobreza, el atraso. Por otro lado, está el tema de las dos Españas: una superficial y amiga del folclore y la fiesta; la otra reflexiva y profundia, de la rabia y de la idea. Esta última es la que considera suya.
El amor y el dolor aparecen en las sucesivas ediciones de Campos de Castilla, tras la muerte de Leonor, su amada, en 1912. También el paisaje le devolverá la imagen de la amada.

Ciclos de Nuevas canciones y últimos poemas. Tras el éxito de su anterior libro, Nuevas canciones (1924) es una obra continuista. En este último periodo tendrán relevancia los poemas a su nueva mujer y las Poesías de guerra, motivadas por la Guerra Civil, donde muestra su defensa a la causa republicana con poemas dedicados a la defensa de Madrid o a la muerte de Federico García Lorca.

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