La reconquista y modelos de repoblación

 Se entiende por Reconquista el proceso de ocupación militar de los territorios musulmanes de la Península ibérica, protagonizados por los cristianos entre el siglo VIII y el 1492.


La conquista musulmana de la península arrinconó la presencia cristiana en torno a las cordilleras cantábrica y pirenaica.
Eran zonas más atrasadas, menos romanizadas y su pobreza de recursos, su clima y sus dificultades orográficas debieron de resultar poco atractivas para los musulmanes, por lo que se convirtieron en los primeros focos de resistencia frente a la invasión musulmana.



Los primeros núcleos de resistencia y la primera etapa: siglos VIII-X 

Etapa de inferioridad para los reinos cristianos, frente al Emirato y Califato de Córdoba, donde los cristianos sufrieron razzias, pagaban impuestos y eran sus vasallos, (sobre todo bajo Abderramán III y Almanzor).

Don Pelayo (Asturias)

Salvo el triunfo en Covadonga, en el 722, se avanzó poco y se limitaron a ocupar territorios casi vacíos del valle del Duero y el piedemonte de los Pirineos.
Surgieron cuatro núcleos, embriones de futuras unidades políticas: el núcleo asturiano, los condados catalanes, la zona del Pirineo central y el núcleo pamplonés

En la zona norte, el origen del reino asturiano puede establecerse en el 718, año en que se proclamó rey a D. Pelayo, probablemente uno de aquellos nobles visigodos que huyeron al norte ante la invasión y que dirigió la lucha contra los musulmanes en Covadonga 722. La batalla se saldó con la retirada de los musulmanes que se habían adentrado por aquellos valles, otorgándoles el prestigio necesario para crear el reino de Asturias.

El primer monarca importante fue Alfonso I (739-757), que comenzó con la organización del reino, extendió los dominios hacia Galicia y País Vasco, repoblando Asturias con gentes del Miño, Duero y Ebro.

Sus sucesores tuvieron que pagar tributos a los emires cordobeses hasta que Alfonso II (791-843), convirtió Asturias en un verdadero estado, con una legislación y administración inspirada en el reino visigodo, y trasladó la capital a Oviedo. Bajo su reinado se descubrieron en tierras gallegas los supuestos restos del apóstol Santiago y el Duero se convierte en la frontera natural entre cristianos y musulmanes.

Sin embargo, la mayor expansión territorial del reino fue obra de Alfonso III (866-910), que lo extendió hasta alcanzar el Duero. Ordoño II trasladó la capital a León, llamándose a partir de ahora reino asturleonés o simplemente leonés.
En esta zona, el condado de Castilla se acabará de independizar con uno de sus condes, Fernán Gonzáles en el siglo X.




La zona pirenaica era zona de frontera entre el reino franco y el poder musulmán.

Carlomagno, emperador del reino franco, estaba interesado en controlar el valle del Ebro, para establecerlo como línea fronteriza (Marca hispánica).
Las campañas no fueron muy fructíferas porque no conquistó Zaragoza, y a su regreso a Francia, fue derrotado por los vascones en Roncesvalles (778), lo que hizo que a partir de entonces su interés se centrase en Pamplona y Barcelona. Así surgieron los condados catalanes de Barcelona, Gerona, Besalú, etc, administrados por condes francos que dependían del emperador carolingio. Con el tiempo, estos condados se fueron independizando de los francos.
En el siglo IX el conde Vifredo "el Velloso", (874-898), reunió bajo su mando los principales condados y gobernó con cierta autonomía, aunque se mantuvo como vasallo del rey carolingio.
A finales del siglo X, los condados catalanes se desvincularon definitivamente de los carolingios bajo el conde Borrell II. Este hecho se considera el inicio de la independencia política de Cataluña.

Al oeste los condados catalanes, en el Pirineo central, surgieron los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, que en un principio dependían del rey de los francos, aunque con el tiempo pasarán a manos de nobles locales, como Aznar Galíndez, siglo IX.
Sus sucesores ampliarán sus territorios,  pero acabarán bajo los reyes de Pamplona durante un tiempo. El reino de Aragón se formará con Ramiro I, hijo de Sancho III el Mayor, (S. XI).

El reino de Pamplona se creó en el siglo IX, cuando un miembro de la nobleza vascona, Iñigo Arista, expulsó a los nobles carolingios hacia el 830 y se proclamó primer rey de Pamplona. (No considerado monarca por todos).

La familia Arista terminó por caer, y fueron sustituidos por la dinastía de los Jimena, instaurada en el siglo X, con Sancho Garcés I, (905.925). Él y sus sucesores se expandieron por tierras llanas del Ebro, e incorporaron durante un tiempo el condado de Aragón, al casarse el rey García Sánchez I (925-970), con su heredera Andregoto en el año 970.

No obstante, el avance de Almanzor a finales del siglo X, detuvieron la expansión de Pamplona, que alcanzará su máximo poder y expansión con Sancho III el Mayor (1000. 1035), quien anexionó nuevos territorios como los condados de Sobrarbe, Ribagorza o Castilla, tras el asesinato de su conde, con cuya hermana estaba casado.
Sancho acabará repartiendo a su muerte el reino entre sus hijos.




Segunda etapa: siglos XI-XII 

En esta etapa los cristianos pasaron a la ofensiva debido a la desaparición del Califato de Córdoba y a la formación de los Reinos de Taifas, a los que sometieron al pago de parias a cambio de protección y paz.
A la vez, los territorios cristianos entraron en disputas por avanzar y conquistar los territorios musulmanes. 
Se llegó hasta el valle del Duero, Tajo, Guadiana, y el norte del valle del Ebro. 
Este proceso sólo quedó interrumpido con la presencia de los Almorávides y Almohades.

Castilla y León: ambos reinos unidos con Fernando I en 1038.
Su hijo, Alfonso VI, (1065-1109), que tras la muerte de su hermano Sancho II, rey de Castilla, vuelve a unir ambos reinos. Conquista Toledo en 1085. Sin embargo fue frenado por los almorávides al perder en las batallas de Sagrajas (1086), Cinsuerga (1097 y Uclés (1108).
Con Alfonso VII, nieto de Alfonso VI, se conquista Calatrava, Sierra Morena y Almería. Con otro nieto de Alfonso VI, Alfonso Enríquez, se independiza Portugal, (1138) convirtiéndose en Alfonso I de Portugal.
Alfonso VIII será derrotado en Alarcos (Ciudad Real) en 1195 por los Almohades, pero vencerá en Navas de Tolosa 1212, abriendo el Valle del Guadalquivir a los cristianos.

Aragón: se formará en el siglo XI con Ramiro I. Sus descendientes conquistan el valle medio del Ebro.
Alfonso I "el Batallor", conquistó Zaragoza en 1118. También Catayud o Tudela. Tras su muerte se produce un problema sucesorio, pasando a su hermano Ramiro II "el Monje", que dejará el trono a su hijo Petronila, casada con el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV. Desde este momento, Aragón y Cataluña quedaron unidos bajo la misma corona. Los catalanes ya han reconquistado todas las tierras catalanas y avanzan hacia el sur, Valencia y las Baleares. Firman con los castellanos los tratados de Tudilén y Cazorla, que sirven para poder límite a su expansión por el Mediterráneo.

Navarra: se estuvo durante un tiempo unida a la corona de Aragón, pero acabó separándose a la muerte de Alfonso I "el Batallor". Los reyes fueron durante un tiempo de origen navarro, pero luego fueron sustituidos por representantes de origen francés.




Tercera etapa: siglo XIII-XV 

Se producen pocos avances cristianos durante los primeros momentos como consecuencia de la invasión almohade.
Se consolidan varios reinos como Portugal, (que llega hasta Algarve), Aragón y Cataluña, mientras que Castilla y León aparecerán unidos en algunos momentos e independientes en otros.

Castilla y León: con la victoria en las Navas de Tolosa, en 1212, se abre la conquista de Andalucía y el inicio del declive almohade.
Fernando III "el Santo", (con quien se producirá la unión definitiva de Castilla y León), incorporará primero Extremadura y también Jaén, Córdoba, Sevilla o Murcia.
Con su hijo Alfonso X "el Sabio", se culminó la conquista de Andalucía (Cádiz y el taifa de Niebla, en Huelva).
La Corona de Aragón: fue la que efectuó un avance más rápido al mando de Jaime I "el Conquistador", tomando Baleares y Valencia, aunque cada territorio mantuvo su identidad. A partir de ahora, la Corona aragonesa se convertirá en una gran potencia marítima.

Finalmente. En el siglo XIV, apenas hay conquistas en la península por parte de los reinos peninsulares porque se encuentran en momentos difíciles provocados por las guerras civiles y crisis del momento.
En el siglo XV, el único territorio andalusí que sobrevivió a la reconquista cristiana fue Granada, conquistada en 1492 por los Reyes Católicos.




Modelos de repoblación

Durante los siglos VIII al X: la ocupación de los territorios al norte del Duero y el Piedemonte pirenaico, fue pausado al principio, realizándolo gente dedicada al pastoreo y muy atrasada. Eran muy pocos, por lo que fueron muy importantes los mozárabes, pero les favoreció que se tratara de territorios despoblados.
El tipo de repoblación se llamó de Presura o Apriso en catalán, que consistía en la simple ocupación de la tierra y en su explotación, de ahí que surgiesen pequeñas y medianas parcelas con propietarios libres, aunque luego se explotasen recursos colectivos como bosques, ríos...). La presura se realizó por parte de grupos de campesinos o por iniciativa de nobles o monasterios.

Durante los siglos XI y XII: se aplicó un tipo de repoblación llamada Concejil, entre las tierras del Duero y los Montes de Toledo y en el Valle del Ebro, en el sector oriental. El territorio era dividido en Concejos, con grandes términos o alfoces, regidos por una ciudad, en la que se asentaba un representante del rey y un grupo de caballeros para defenderla. Una vez organizado el concejo, el rey entregaba un fuero, (privilegios) o Carta Puebla, (conjunto de normas o condiciones que se entregaban a una población para poder cultivar la tierra).
A los vecinos se les concedía un solar para la casa y tierras de cultivo, que al cabo de un tiempo pasaban a ser de su propiedad: asimismo disfrutaban de tierras comunales.
Era una forma de atraer a la población hacia unas zonas conflictivas, fácilmente atacables por los musulmanes. En estos lugares predominó la pequeña y mediana propiedad.

Durante la primera mitad del siglo XIII: el sistema de repoblación en las zonas del Valle del Guadiana, (Extremadura, la Mancha) y las provincias del norte de Castellón y Teruel, fue llevado a cabo por Órdenes Militares, que tenían que ser recompensadas por haber participado en la conquista. Se trataban  de zonas muy extensas y poco pobladas, de ahí que estas órdenes dividieran las nuevas tierras en Encomiendas, al frente de las cuales se situaba un caballero de la orden con título de comendador.
La estructura de la propiedad resultante ha sido el latifundio o gran propiedad, dedicadas a la explotación ganadera, solución idónea para una zona amplia y con escasa mano de obra.

En la segunda mitad del siglo XIII: en el valle del Guadalquivir y el litoral levantino, (desde Castellón a Murcia), se aplicó el sistema de Repartimientos, donde el rey solía repartir lotes de tierras, (Donadíos), y bienes entre los conquistadores, cuyo tamaño y valor dependían del rango social de quien los recibía. (Latifundios para nobles, Iglesia y Órdenes militares). A los numerosos musulmanes de la zona se les permitió permanecer como colonos, aunque muchos prefirieron huir a Granada o al norte de África.

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