La Primera Guerra Mundial
La primera guerra mundial tuvo lugar entre los años 1914-1918, y fue conocida como la Gran Guerra por superar a cualquier conflicto anterior, tanto en números de países enfrentados como en grado de devastación. La contienda estalló debido a la creciente hostilidad entre países, la escalada armamentística y las tensiones diplomáticas que ensombrecían las relaciones entre las potencias europeas durante la Paz Armada.
Causas económicas
Los británicos habían sido la gran potencia económica durante el siglo XIX, pero desde 1890 vieron como Alemania, debido a su crecimiento industrial y financiero, pasaba a estar en condiciones de cuestionar ese liderazgo. El Káiser Guillermo II buscaba ampliar los mercados y las zonas de abastecimiento de materias primas y fuentes de energía, e incrementó su presión imperialista.
También, dado que la clave de la hegemonía británica se hallaba en su superioridad naval, Alemania decidió encargar al almirante Vin Tirpitz la creación de una poderosa flota que fuese capaz de enfrentarse a la armada británica. Este hecho alimentó la desconfianza de Reino Unido y propició su acercamiento a Francia. Además, Alemania también competía con Francia por colocar sus excedentes de capital en Rusia, en particular desde que tras el acuerdo franco-ruso de 1892 la expansión industrial rusa pasará a sustentarse casi exclusivamente en inversiones francesas.
Causas ideológicas
La pugnan entre los estados coincidió con una época de nacionalismo exacerbado en la que la reafirmación de la nación se basaba en la negación del contrario. La influencia de prensa de masas y su peso en la opinión pública impulsaron la propaganda de un nacionalismo agresivo que alimentaba los sentimientos xenófobos y belicistas. Los gobiernos alentaron las políticas armamentísticas desde discursos cargados de alarmismo que fomentaban el miedo a las potencias rivales. Ni siquiera la 2º internacional fue capaz de oponerse a la guerra, tras el Congreso de Basilea de 1912, los partidos socialistas antepusieron sus sentimientos a su tradicional pacifismo y vocación internacionalista.
Causas políticas
Alemania y Francia pugnaban por esas regiones fronterizas que habían sido ocupadas por Alemania tras la guerra de 1870. Durante las siguientes dos generaciones, los franceses fueron educados bajo un fuerte sentimiento de revancha, y su recuperación se convirtió en una prioridad para el gobierno francés.
La progresiva desaparición de la zona del Imperio otomano suscitó las aspiraciones de otras potencias, al tiempo que propicío la aparición de nuevos estados en la región que también rivalizaban por redefinir sus fronteras. Austria-Hungría y Rusia buscaron imponerse como dominadoras de un territorio en el que serbios, búlgaros y griegos también tenían fuertes intereses. Especialmente decisiva fue la intención de Serbia de unir a todos los eslavos del sur en un único estado, lo que derivó en una creciente rivalidad con Austria-Hungría.
Los territorios irredentos, son las regiones de Trentino, Istrina y Dalmacia, de población mayoritariamente italiana y que estaban bajo el dominio del Imperio austro-húngaro.
Tanto en África como en Asia, las principales potencias rivalizaban por incrementar sus territorios o por protegerlos ante las aspiraciones expansionistas de otras potencias.
La configuración de dos bloques de alianzas, Triple Entente y Triple Alianza, contribuyó a aumentar más las tensiones, además el fracaso de la diplomacia fue definitiva en la II Conferencia de Paz de la Haya (1907), que impidió frenar la carrera armamentística.
El estallido de la guerra
El 28 de junio de 1914 fueron asesinados en Sarajevo el archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero del Imperio austro-húngaro, y su esposa. El autor fue un joven nacionalista serbio de origen bosnio y miembro del grupo terrorista Mano Negra. Dicha organización de nacionalistas serbo-bosnios contaba con el respaldo del ejercito serbio. Las autoridades austriacas exigieron a Serbia que investigara el atentad, el ultimátum fue rechazado por Belgrado con el apoyo de Rusia. El día 28 de julio Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia, lo que en principio parecía una nueva crisis en los Balcanes se complicó como consecuencias del sistema de alianzas establecido
1) Rusia decretó la movilización general de sus tropas, lo que llevo a Alemania, como miembro de la Triple Alianza, a declararle la guerra.
2) Francia respondió declarando la guerra a Alemania en virtud de los compromisos adquiridos con Rusia tras la firma de la Triple Entente.
3) En agosto, los alemanes invadieron Bélgica para atacar desde allí Francia, por lo que Reino Unido al ver el ataque a un país neutral apoyo a Francia haciendo valer su alianza.
Potencias participantes
1) La Triple Entente: Estaba cosntituida por Rusia, Francia, Reino Unido, a los que se unieron primero Serbia y Bélgica y posteriormente Rumania, Grecia y Portugal. Pese pertenecer a la Triple Alianza, en 1915 Italia intervino a favor de la Entente por sus aspiraciones en Dalmacia. Más tarde se sumarían Estados Unidos y Japón.
Los países de la Entente contaban con la ventaja numérica, pues sus doscientos treinta millones de habitantes duplicaban la población de sus contrincantes; esto se traducía en unos efectivos militares sensiblemente superiores (alrededor de seis millones de soldados lucharon en la Entente y en las Potencias Centrales cuatro millones). Otra gran ventaja era el dominio de las comunicaciones, debido a si posición geográfica, y en su mayor extensión territorial, pues al vasto Imperio ruso y las posesiones territoriales de Reino Unido y Francia.
2) Las Potencias Centrales: Como miembros de la Triple Alianza, Alemania y Austria-Hungría eran los principales combatientes de este bando, con el que luego se coaligaron tanto el Imperio otomano como Bulgaria. Las Potencias Centrales eran fuertes en tierra ya que Alemania contaba con un ejercito más moderno y la mejor artillería de la época, además su posición central permitía más rápida movilización.
Una nueva guerra
Inicialmente, los gobiernos y la población de los países beligerantes pensaron que la guerra sería corta . lo que desató una explosión de euforia popular alimentada por el nacionalismo y agitada por el sensacionalismo de la prensa. Cientos de miles de jóvenes se alistaron.
Los planes de la guerra contemplaban un conflicto bélico similar a las guerras del siglo XIX, y por tanto preveían una serie de batallas breves y decisivas que forzarían la firma de un armisticio. Pero pronto la realidad demostró lo equivocado de esas previsiones.
- Utilización de un nuevo armamento, como ametralladoras, artillerías, gases tóxicos, carros de combate y aviación.
- Aplicación de nuevas tácticas militares. Ante la capacidad tan destructivas de las nuevas armas, los ejércitos desarrollaron la guerra de trincheras. Por otro lado, los alemanes utilizaron la guerra submarina para bloquear la navegación enemiga
- Guerra económica. La industria fue puesta a las necesidades bélicas y los estados empezaron a intervenir en las economías.
- Guerra total. La población civil sufrió hambre y penurias. Se movilizó a la totalidad de la población, bien para acudir al frente o para sustituir a los obreros en las fábricas; aquí la participación de las mujeres fue crucial y definitiva en su posterior incorporación al mercado laboral
De la guerra de movimientos a la guerra de posiciones
Las operaciones militares se llevaron a cabo siguiendo los principios tradicionales de la guerra de movimiento inspirada a su vez en la estrategia militar napoleónica según la cual la caballería actuaba como fuerza de choque apoyada por la artillería y la infantería. En septiembre ante el estancamiento de las ofensivas, los ejércitos iniciaron una guerra de posesiones en la que lo determinante era la capacidad de alimentar el frente con millones de reclutas y mantener la presión del enemigo mediante una guerra de desgaste.
En los primero meses las Potencias Centrales llevaron la iniciativa militar:
- Frente occidental: Alemania en el año 1905 diseñó el Plan Schlieffen, que consistía en ocupar Bélgica y Luxemburgo como paso previo para una ofensiva a Francia. Nueve años después el general Moltke pondría en juego el plan pero con algunas modificaciones, el avance fue detenido por franceses y británicos en la batalla de Marne, desde entonces la línea del frente quedó definida por trincheras.
Los intentos fallidos de romper las líneas enemigas produjeron muchas bajas, como en la ofensiva aliada de Artois de 1915, en la alemana de 1916 sobre Verdún, o la batalla del Somme de 1916
- Frente oriental: Los rusos invadieron Prusia Oriental y obligaron a los alemanes a retirarse, pero la contraofensiva alemana los derrotó en la batalla de Tannenberg y estabilizó el frente. Mientras, los austriacos iniciaron una ofensiva en los Balcanes que fue detenida por los serbios.
Entre abril de 1915 y enero de 1916 los aliados atacaron el estrecho de Dardanelos y desembarcaron en Galípoli, fracasaron al intentar derrotar a los turcos. Las incursiones rusas en los Cárpatos también fueron frenadas por los alemanes, que ocuparon Rumanía en 1916. En esta zona también quedó bloqueado y se estableció una red de trincheras.
- En África las posesiones alemanas fueron atacadas.
- En el Pacífico Alemania perdió sus colonias por la fuerte presencia de la Triple Entente, en especial de Japón y Australia.
Reino Unido impuso un bloqueo comercial a todas las Potencias Centrales, a lo que Alemania respondió con una guerra submarina, que hundió varios barcos de países neutrales lo que desembocó una protesta internacional. La guerra submarina se vio suspendida en 1916, pero tras la derrota de la flota alemana en la batalla de Jutlandia se reactivó.
Entre marzo y julio de 1918, Alemania lanzó varias campañas a lo largo del frente frances. Entre julio y agosto se libró la segunda batalla del Marne, en la que Alemania agotó sus reservas militares sin lograr romper el frente. En pocos días el frente alemán se resquebrajó, mientras en las ciudades estallaron intentos de revolución. Una nueva ofensiva aliada en septiembre obligó al jefe del Estado Mayor alemán, Ludendorff, a recomendar la rendición. El káiser Guillermo II abdicó y en octubre de 1918 se formó un gobierno provisional que poco después proclamó la República de Weimar que en noviembre de ese año firmó el armisticio.
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