El militarismo japonés



Tras la Revolución Meiji, Japón era la gran potencia económica y militar de Asia. Las necesidades de materias primas y fuentes de energía derivadas de su despegue industrial lo empujaron a emprender una política expansionista en Asia y el océano Pacífico que despertaría la rivalidad con otras potencias imperialistas.

Por otro lado, la adopción de usos y costumbres occidentales originó una crisis de identidad que derivó en la aparición de grupos y sociedades ultranacionalistas y autoritarios, sobre todo en el Ejército, lo que condicionó sus futuras alianzas con los fascismo europeos en la Segunda Guerra Mundial.


La crisis interna

La paralización económica europea durante la Primera Guerra Mundial favoreció el crecimiento japonés y la expansión de sus productos por los mercados asiáticos. Japón amplió su flora mercante y su armada hasta convertirse en la tercera potencia naval del mundo. Todo ello produjo un acusado aumento de población y un proceso acelerado de urbanización. Por el contrario, la década de 1920 estuvo marcada por una profunda crisis interna causada por los siguientes factores:

  • Deterioro económico. El fin de la guerra y la consiguiente recuperación del comercio europeo colocaron en dificultades a la economía japonesa; y para complicar aún más la situación, en1923 se produjo un terremoto que asoló Tokio.
  • Conflictividad social. Como consecuencia, proliferaron las huelgas organizadas por grupos de izquierdas y la agitación xenófoba contra la población inmigrante.
  • Inestabilidad política. En 1921 fue asesinado el primer ministro Hara Takashi, líder del partido liberal Seiyukai. La crisis aumentó el protagonismo político del Ejército y de los sectores nacionalistas y tradicionalistas.
Primera manifestación por el Día del Trabajo en Japón (1920)



La radicalización política 


En 1926 fue proclamado emperador Hiro Hito, que tuvo que afrontar la oposición de intelectuales contrarios al carácter divino de la monarquía, críticos con los vínculos entre los partidos políticos y los intereses de los zaibatsus y partidarios de una mayor democratización de Japón.
En sus primeros años, el parlamento adoptó medidas aperturistas y se concedieron ciertas libertades sociales, incluso impulsadas desde el entorno inmediato del propio emperador. Pero estas medidas tuvieron un corto recorrido, pues se impuso el discurso político conservador, que apostaba por la defensa de la monarquía imperial y el totalitarismo, hasta que, finalmente, en 1940 se prohibieron los partidos políticos.


El imperialismo japonés

Uno de los grupos de presión más importantes lo constituía el Ejército, que gozaba de gran prestigio social debido a los éxitos militares cosechados desde finales del siglo XIX; en su seno proliferaron las sociedades ultranacionalistas defensoras del panasiatismo (doctrina política que aboga por la defensa de los intereses asiáticos contra la injerencia de potencias imperialistas y con la que se trató de justificar el expansionismo japonés).

Estos planteamientos desembocaron en un creciente expansionismo imperialista justificado como requisito para mantener la independencia nacional y el liderazgo en Asia teniendo en cuenta las limitaciones naturales del archipiélago. Según este punto de vista, el escaso territorio japonés era incapaz de proporcionar los recursos y mercados que precisaba la economía de un país en el que el fuerte crecimiento demográfico hacía que la ocupación de otros territorios fuera la única solución viable contra la superpoblación.



El nacionalismo japonés justificó así su política expansionista, sonre todo cuando en 1932 fue asesinado el primer ministro Inukai Tsuyoshi, hecho que simboliza el fin de la política tradicional en Japón y la irrupción del Ejército en la política.

Como en los otros totalitarismos, su economía se basó en el crecimiento de la industria pesada, facilitado por la concentración de grandes corporaciones industriales, orientado al intenso programa de rearme impulsado por el Ejército para llevar a cabo la expansión territorial:
  • 1932. Japón culminó la invasión de la región china de Manchuria y creó el Protectorado de Manchukuo. Al frente situaron a Pu-Yi, heredero del imperio chino derrocado en 1912. En realidad, el protectorado fue un Estado títere japonés.
  • 1934. Japón ocupó Corea y las provincias del norte de China. Además, proclamó a Pu-Yi emperador de Manchukuo.
  • 1937. Inició una guerra abierta contra China en la que llevó a cabo la invasión de las provincias meridionales.
  • 1938. El primer ministro japonés anunció la consecución de un "nuevo orden" en Asia Oriental. Para ello, Japón trató de conquistar todo el sudeste asiático bajo el pretexto de crear una zona de seguridad.
  • 1940. Se firmó el Pacto del Eje con Italia y Alemania. Este acuerdo supuso la entrada de Japón en la Segunda Guerra Mundial.



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