Las oleadas revolucionarias del siglo XIX

Situación: 

El Congreso de Viena arremetía contra el liberalismo y el nacionalismo pero, en los años siguientes, liberales y patriotas protagonizarían nuevas revoluciones.

Las revoluciones de 1820: 

La respuesta liberal contra la Restauración comenzó en España. En enero de 1820 tuvo lugar el pronunciamiento del teniente coronel Rafael de Riego, que obligó a Fernando VII a aceptar la Constitución de 1812.

En Nápoles, las revueltas promovidas por los carbonarios obligaron al rey Fernando I a instituir un Parlamento y conceder una constitución.
Ambos movimientos fueron derrotados por la intervención de la Santa Alianza, que el los congresos de Laybach (1821) y Verona (1822) ordenó una acción militar para restablecer el absolutismo respectivamente en Nápoles y España.

También fracasó el movimiento decembrista en Rusia (1825). Solo en Grecia, con el apoyo de Reino Unido, logró la independencia del Imperio otomano tras la firma del Tratado de Adrianópolis en el año 1829

Cabe destacar las revoluciones liberales de Portugal y Piamonte, siendo estas influenciadas por la revolución en España y Nápoles.


Las revoluciones de 1830: 

El proceso empezó en Francia, donde tuvo lugar un levantamiento popular en París en respuesta a las políticas absolutistas de Carlos X. El nuevo rey, Luis Felipe de Orleans, sancionó una monarquía constitucional moderada. 

Ese año, Bélgica se independizo de Holanda y estableció una monarquía constitucional. Mientras tanto en Polonia, se vivió una revuelta contra el Zar Nicolás I que fue violentamente sofocada. También fracasó la rebelión del norte de Italia contra Austria. En los Estados Alemanes (Hannover y Sajonia), la revolución fue reprimida con violencia.


Las revoluciones de  1848: 

En 1848 tuvo lugar una oleada revolucionaria en toda Europa. Su carácter democrático y social hizo que fuese bautizada como la Primavera de los Pueblos. Las revoluciones estallaron por las diferentes causas:

   - Crisis económica: Entre 1845 y 1847 hubo un período de malas cosechas, al que acompañó una crisis industrial y comercial.

   - Descontento de la pequeña burguesía: El carácter censitario de los regímenes liberales le impedía a ese grupo social la participación de la vida política.

   - Actividad liberal y nacionalista: De forma clandestina habían proseguido su defensa de regímenes constitucionales o de la independencia nacional.

   - Aparición del proletariado como sujeto político: Desde entonces reclamaron sus derechos políticos y una mayor justicia social. Ese año, Karl Marx y Friedrich Engels publicaron en Londres el Manifiesto Comunista.


La revolución comenzó en Francia, donde la monarquía se vio desestabilizada por la oposición democrática, que protagonizó una revuelta dirigida por Lamartine y Louis Blanc y que proclamó la Segunda República.

En la Confederación Germánica estalló una revolución que obligó a la convocatoria de la Asamblea Parlamentaria de Fráncfort a redactar una constitución.

En Italia hubo revueltas liberales en el reino de Nápoles, y en el Véneto, la Toscana, Parma y Módena contra la presencia austriaca. Además, en Roma Mazzini proclamó la República y despojó del poder poder político al papa.

En Austria, la sublevación provocó la destitución de Metternich y la abdicación de Fernando I en su sobrino Francisco José. El nacionalismo húngaro conquistó Parlamento propio, y los checos también reclamaron su propia cámara.


La reacción conservadora: 

Tras el estallido revolucionario, se produjo la inmediata reacción de las fuerzas conservadoras, que fueron capaces de frenar el proceso aprovechando la desunión de los grupos revolucionarios.

- En Francia: 

Se rompió la alianza entre la burguesía y trabajadores, y la república adquirió un carácter crecientemente conservador bajo la presidencia de Luis Napoleón Bonaparte, que no tardó en suprimir el régimen republicano y, con el apoyo de la burguesía conservadora proclamó el Segundo Imperio (1852). De una república de carácter social se pasó a una monarquía sostenida por los conservadores en la que se intensificaron las revueltas obreras.

- En Alemania:

El rey prusiano se negó a aceptar la Constitución de Fráncfort, que había fracasado por la falta de unidad y por la actitud reticente de Prusia, e impuso un nuevo texto de carácter conservador.

- En Italia: 

Los austriacos derrotaron a los piamonteses en Custoza y Novara y recuperaron el control de los ducados del norte. La intervención francesa en Roma restituyó el control de los ducados del norte. La intervención francesa en Roma restituyó el poder del papa.

-En Austria:

 El ejercito sofocó la rebelión checa y húngara, si bien el nuevo emperador asumió una constitución común a todo el imperio.


Las revoluciones habían contribuido a difundir los ideales democráticos y nacionalistas. En Francia se afianzó el sufragio universal masculino y, excepto en Rusia, quedó abolida la servidumbre. Además, Italia y Alemania empezaban a dar los primeros pasos para su unificación. La ruptura definitiva de la burguesía y el proletariado, impulsó definitivamente el movimiento obrero en Europa

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