Anaximandro y Anaxímenes

 

Anaximandro

Anaximandro de Mileto nació aproximadamente en el 610 a.C. y murió en el 545 a.C. Fue discípulo y compañero de Tales. Se ocupó al igual que Tales, de cuestiones prácticas relacionadas con la ciencia y se le atribuye la elaboración de un mapa del mar Negro, probablemente para uso de los navegantes milesios que viajaban por él.
Al igual que otros filósofos griegos participó activamente en la vida política de su ciudad.

Su pensamiento destaca en que, al igual que Tales, buscó el elemento primordial y básico a partir del que se ha generado la realidad; pero a diferencia de él consideró que dicho elemento o arjé no podía estar constituido por ninguno de los elementos conocidos, como el agua, ni tampoco por ninguna clase particular de materia. Si ese primer elemento era la causa material de todo lo existente había de ser la causa, por lo tanto, de toda materia particular, por lo que dicho principio no podía identificarse con ninguna materia particular. Siendo su principio, su comienzo, su fuente, había de ser algo necesariamente distinto: pero dado que nosotros sólo conocemos las formas particulares de materia que emanan de ese primer principio hemos de concluir que el arjé tiene que ser una materia desconocida para nosotros y, en cuanto a tal, una materia indeterminada, indefinida, ilimitada, a la que Anaximandro da el nombre de ápeiron.

La cosmología de Anaximandro está dominada por la idea de la pluralidad de mundos existentes, generados a partir de un movimiento eterno mediante el que son separados unas cosas de las otras, en un juego de oposición de contrarios tan común en la época y que volveremos a encontrar en otros filósofos; en ese movimiento cósmico el predominio de un elemento significaría una injusta que tiene que ser necesariamente reparada, como el predominio del verano va seguido del invierno y viceversa

Vemos, en definitiva, que Anaximandro afirma que como primera causa de la realidad una causa material: lo indefinido, lo indeterminado, lo infinito, a partir de la que evoluciona todo lo real. En la medida en que se niega a identificar esta primera causa con un elemento material particular su pensamiento supondrá un avance con respecto a Tales, en cuando significa un considerable esfuerzo de abstracción y coherencia racional.


Anaxímenes

Anaxímenes de Mileto nació en Mileto y aproximadamente en el 585 a.C. y murió en el 524 a.C. Fue discípulo y compañero de Anaximandro.



Se opuso a Anaximandro y a Tales en cuanto a la determinación del primer principio o arjé que Anaxímenes considera ser el aire. Probablemente haya tomado esta elección a partir de la experiencia, influyendo la observación de los seres vivos y la importancia del fenómeno de la respiración; en cuando tomo como arjé un elemento particular, su pensamiento supone un retroceso con respecto a Anaximandro; pero Anaxímenes nos ofrece un mecanismo de explicación de la generación de las cosas a partir de otro elemento distinto de ellas: ese mecanismo de generación se apoya en las nociones  de condensación y rarefacción. Por condensación del aire, dice Anaxímenes, se forman las nubes; si las nubes se condensan se forma el agua; la condensación del agua de lugar a la constitución del hielo, de la tierra; y la condensación de la tierra da lugar a la constitución de las piedras y los minerales; el proceso inverso lo representa la rarefacción: si la piedra pierde condensación dará lugar a la formación de tierra; a su vez, si la tierra pierde condensación se transforma en agua: y siguiendo el proceso de pérdida de condensación o rarificación, del agua seguirían las nubes, de éstas el aire y, por último la rarefacción del aire produciría el fuego.

En terminología moderna podemos decir que Anaxímenes intentó basar la explicación de lo cualitativo en lo cuantitativo; encontramos en él, por lo tanto un intento de explicar el mecanismo de transformación de unos elementos en otros, del que no disponían Tales ni Anaximandro. Al igual que ellos insiste, sin embargo, en afirmar una causa material como principio del mundo y, por lo tanto, en tratar de llevar a la unidad la diversidad de la realidad observable.

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